Pasolini recuerda como las tardes más bellas de su vida aquellas en las que jugaba durante horas en los Prados de Caprara, en la periferia de Bolonia, de extremo izquierda.
Pasolini recuerda como las tardes más bellas de su vida aquellas en las que jugaba durante horas en los Prados de Caprara, en la periferia de Bolonia, de extremo izquierda.